Los latidos se hicieron mas intensos, y se sucedían habiendo transcurrido menos tiempo del habitual.
Todos veían como me quedaba inmóvil, mirando lo que había hecho solo unos segundos antes; Con solo agitar la mano un poco fue suficiente para no dar marcha atrás, y tu solo agitaste la mano un poco y sonreíste a este tímido remitente una vez que te fue entregado el resumen de todo este coqueteo.
Seguimos caminando, cada quien a sus propias ocupaciones.
- Cuando por fin el ojo no pudo verle, la boca comenzaba a dibujar una sonrisa, como de idiota. Y los latidos siguieron mas intensos durante un buen rato.
El mono de hule
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Me gusta la parte que dice "sonreíste a este tímido remitente una vez que te fue entregado el resumen de todo este coqueteo".
ResponderEliminarun abrazo!