El mono de hule

12.8.09

encerrar

hasta que suene levantaré la bocina
para escuchar
no dejaré que esto me pase a mi
no permitiré otro atardecer

y que si desobedezco sus órdenes?
y que si tomo el arma y termino de una vez?

frío, en cautiverio, dejar de existir
la mente confusa entre puertas que no abren

y que si me escondo en el techo?
y que si les arranco la nariz cuando se acerquen?

no dejaré que esto me pase a mi
no permitiré otro atardecer

7.6.09

Aquí, este día (first-off version)

Porque no he podido encontrar en el mundo algo más dulce que tu mirada

porque entiendes mi voz, mis manos y mi rostro

porque cuando hablas tranquilizas mi mente, desarrugas mi ser

porque no puedo conciliar el sueño sin tenerte

porque no sé cuando fue que no podía alejar de ti mis ojos

porque con solo mirarte puedo estar bien

porque estás aquí, este día

porque no puedo volver mis pasos

porque no quiero pensar que no hay mañana

porque en tus labios mi refugio se oculta

porque no puedo hacer otra cosa, te beso en papel

20.5.09

Reconectar

Las dos marcaba el reloj en la pantalla, cuando encontré ese disco y apagué la luz.

De pronto oí una voz que me llamaba y podía ver desplazándose las paredes, el piso, el techo, los muebles. Sentía los cambios de ángulo de mi posición respecto al piso, como una terrible jaqueca vertiginosa, imposible de controlar. Aún mas desesperante era el no saber lo que hablaba, ni lo que me decía la voz en la bocina.

En medio del tambaleo encontré la quietud del piso bajo mi cara, del lado derecho, y en la confusión encontré mis pies liberados de la presión del peso del cuerpo.

Entonces mi mente logró enfocar  y parecer coherente ante los incesantes cuestionamientos de la no malintencionada voz, y cuando todo hubo terminado, reposando me encontré de nuevo en la cama de donde había salido.

Hice mil intentos pero mi cuerpo adormecido era tan solo un montón de huesos y carne en reposo que nada -o muy poco- podía hacer contra los efectos de la gravedad en los cuerpos.

Sin embargo tantos esfuerzos lograron despertarlo, aunque la mente siguiera atada a las notas musicales inductoras del trance.

Poco a poco fui recuperando el lugar de mi ser en mi cuerpo y el dominio de sus movimientos al mismo tiempo que reconocía el dolor en la cara, un pie casi esguinzado y el tiradero en la habitación.




23.4.09

Ojos


Algo debe andar mal con mis ojos, fuí a la tienda, a la farmacia y a la sala, y siempre tenía lo mismo.

Entonces decidí ir al centro oftalmológico y le pedí a los cubanos que quitaran tu imagen de mi vista.

Ellos pusieron gotas, inyectaron en los globos, regresé al siguiente día, y al siguiente para terminar. Hubo laser y me inyectaron sustancias que provocan nauseas. Fueron variados los intentos. Algunos hasta entretenidos, como pintar mi cara de amarillo.

Cuando pude quitarme los parches y alguien te habia llevado lejos pude abrir los ojos, y tu imagen era lo único que podía ver.

13.4.09

In Memoriam Pelufo


Acaecido el día 12 de Abril de 2009, a la edad de 14 años.

Canelo “Pelufo”  era un perro especial y se ganó el cariño y respeto de cuantos lo conocieron, le gustaba pasear en camioneta y echarse en el fresco del portal.

 

Guardián y compañero, fiero y cariñoso. Un miembro de la familia.

 

Descansa ahora, descansa.

21.3.09

Hipersomnia

Si pudiera profanar las palabras, con el toque preciso, justo a tiempo para no ser descubierto.

Revelar mi transgresión y permitir que esta obsesión devoradora por tus ojos llegue al límite, más allá del cansancio y la distimia.

Cuando nos veamos aquí y allá, tú sabrás que el azar no existe.

Aunque sigas atando mis manos con fuerza, como respire, me acercaré más.

Al patalear me hundo más en las arenas.

Si me quedara inmóvil, se que nunca te tendría.

Hace falta asediar un rincón en tus sueños para descifrar e invadir tu silencio.

Lo intentaré callado.

6.3.09

La fila

Los hombres son escupidos. No importa el nombre ni su genio, son escupidos por igual. Sin importar el empeño y la dedicación, tendrán que conformarse con ver pasar las estrellas.

Se convierten en testigos de su propia decadencia, viendo como sus fortalezas se vuelven en su contra, formando una alianza con sus debilidades.

Son escupidos porque son malos, defectuosos. Son la escoria flotando sobre el crisol. Su esencia está podrida y se revuelcan en la mierda.

Así esperan en la fila, cada vez mas tumultuosa, haciéndola asfixiante y llena de algo que quema por dentro al respirar.

A medida que avanza, la desesperación crece, y aunque menor, la espera es más intensa. Todo se convierte en un caos. Los cada vez menos que salen de la fila suben las escaleras y se alejan caminando mientras evitan las miradas.